Sentada se encontraba en una banca de un parque que recordaba nunca haber visto, junto a sus lastimeros latidos, su triste alma, y su soledad que juntos todos en armonía eran la perfecta compañía para en una noche fría y estrellada, pensar. Pensar por ejemplo... en cómo su vida había dado un vuelco o si es que se daban constantemente. Preguntarse por ejemplo... ¿Porqué en una noche en la que cuelgan lirios que resplandecen en la inmensidad de una extensión azul profunda, no hay nadie a mi lado? Alguien con quien conversar, con quien simplemente compartir miradas y sonrisas traviesas, alguien que llenara los espacios entre sus dedos, alguien que susurrara palabras bellas que hicieran su alma brincar, alguien... alguien a quien mirar sinceramente y decirle
''Contigo, todo está bien''

Alguien simplemente.


Sutiles y delicadas melodías en piano inundan el lugar, en donde yo, y mi mente bloqueada intentan expresarse, los sentimientos se asoman tímidamente cada vez que mi mente lanza una idea, tomo el lápiz, lo acerco a la hoja de papel, y entonces, nada, todo, como la hoja de papel que sostengo en frente esta totalmente en blanco, ¿Porqué, si ésto es lo que necesito? ¿Es qué he olvidado como funciona?, dejo reposar el lápiz sobre la hoja, le coloco su tapa, ya que con el tiempo, éste, podría secarse.


Nada que 'intente' en este momento, saldrá como lo que anteriormente se construyó, con lo que realmente se sintió, es que ahora ni siquiera se qué es lo que siento, lo que soy.





¿Qué puedo decir?


Podría mencionar tal vez, que el pasto a mi al rededor esta húmedo, por que siempre me he preocupo de mantenerlo, reinsidiendo de igual manera en la que tu cuidabas tu jardín. Ahora, todo esta muerto, sin vida, el color verde que parecía relumbrar entre las nuves de la tormenta se había desvanesido, junto con tu partida. El aroma fresco a rosas que embriagaba el aire del lugar se escapó, como el agua entre tus manos, como tu de mi vida. Animales que llegaban a observar y a deleitarse con la frescura del paraje del que te sentías orgulloso, por que con tus manos habías cultivado la belleza misma, del paraíso del que tu solo eras dueño, en donde yo podía soñar, y dejar volar mi mente, solamente pensando en bellisimos vestidos, castillos, y caballos blancos, y lo mejor de todo era quenadie podía impedírmelo. Tú estabas ahí tomándome entre tus brazos, protegiendo mi sueño, percatándote de que nadie pudiera despertarme, y asi dejarme abrir los ojos viendo fuera de mis fantasías, no por lo menos mientras tu estubieras a mi lado, eso a mi me parecía eternidad de sueños, sonrisas y juegos sin fin. El lugar se volvió desierto, dejé de ver las alegres sonrisas de parientes inundando el lugar de júbilo, extrañé esa interminable fila de personas diciendo a toda voz alegres saludos acompañados de besos, abrazos y algunos que otros pelliscones de mejillas, nada agradables. Pero nada yo podía comparar con estar en esa larga mesa donde se comía a gusto y se compartían historias acompañadas de risas o a veces hasta llanto, todo mirado con mis ojos de pequeña niña, estaba total e irrebocablemente fascinada con aquellas jornadas. Se terminaron.
Todo se volvió oscuro, tenía miedo de andar por el jardín, sin sostener tu calida mano, sin que me hablaras, sin que hisieras que me durmiese y hundirme en mis mas profundos y añorados sueños, tarareando tu tierna melodía, la que repetía en mi mente constantemente mientras caminaba sola, por el vacío jardín, él que perdía el colorido y la viveza que se respiraba cuando tu caminabas a través del bello paisaje, pero nada funcionaba, nada lograba borrar de mi mente la soledad y el miedo que sentía, desde que volaste hacia el cielo con alas invisibles, no me dijiste a donde irías y yo, no alcanzé a tomar de tu mano.
Aún puedo recordarlo, Marzo, esa noche al igual que las otras veiamos la televisión los tres, cuando daban las diez, yo debía irme a la cama, como de costumbre, me despedía de él, pero esa noche noté algo diferente en la frase que me repetías todas las noches, lo dijiste con una dulzura, ¿Es qué te estabas despidiendo? no lo noté en el momento, alalizando después, me estremecí. Sólo sonreí te abrazé y bese y corrí a dormir junto con mi madre. La noche fue tranquila cuando depronto abrí los ojos de golpe, mi garganta se anudó, y en mi pecho sentía algo que pesaba, mi respiracíon se aceleró hiperventilando mis pulmones, tratando de saciar la ansiedad y el miedo que sentí, no necesité darme cuenta por el llanto descontrolado de mi madre gritando cosas al telefono, y menos la pesarosa, y sonora respiración de él. Se iría, no serviría el llanto, avivaría más la histeria del momento, no quería impacientar más a mi madre, cuando ella intentaba avivar la llama de la esperanza asi que solo mordí mi labio intefior con fuerza ahogando aun más el nudo que cada vez se apretaba más en mi garganta, me remobí en mi cama y me sostube del respaldo, apretándolo, tratando de soltar todo el miedo que sentía, y la impotencía que me invadía completamente ¿Qué debía hacer?, mi mente se nubló y sólo fui capaz de escuchar lo que sucedía en la pieza de a mi lado y mi agitada respiración, todo lo que podía desear en ese momento era que fuera solamente un mal sueño, que todo volviera a como era siempre, ''esto no es verdad, esto no es verdad'' trataba de convencerme a mi misma, no podía imaginarme el resto de mi vida sin él. Imposible.
Te fuiste, y lo único que supe hacer fue pensar, pensar en cómo la vida había dado un vuelco tan radical, como tu simple ausensia era espantosa y me aterraba de sobre manera. Ya había abierto los ojos. Tal y como tu no querías que sucediera, el mundo cayó ensima de mi pequeña figura que temblaba al pensar que no habría nadie manteniendo hermoso el jardín, ya no resiviría esas protectoras sonrisas que me hacían sentirme segura, ¿Quién cuidaría de mi sueño?¿Quién me llevaría de la mano a la escuela? Soñaste con eso, pero no alcanzaste a realizarlo. No entendía por que la vida quizo alejarte de mi lado, me parecía insólito que arrebataran de mi vida a un personaje tan escencial en ésta, alguien a quien le debería una eternidad de agradecimiento. Tú estubiste ahí, procurando siempre que nada me faltara, que nunca jamás se asomara la carencia en mi vida, que jamás me sintiera sola, estaba claro, lo sentía ahora, por que tu ya no estabas. Mientras unos faltaban, tú, hacías que de mi vida rebosara la alegría.
Sentí que moriría, pero una tarde caminando por el jardín, el bello paraje se perdía con el tiempo, mi cuerpo temblaba con tu ausencia, cuando comenzé a tararear tu hermosa melodía con mis ojos cerrados y con una sonrrisa dibujada en el rostro, pensándote, y cuando los abrí la sorpresa que me llevé fue tan grande, que sentía que el corazón se me saldría del pecho, y creo que fue la primera vez en la que distinguí el llanto de alegría frente al de angustia, corrí a más no dar, tu me tendías los brazos, y yo gritaba a más no poder tu nombre. Cuando llegué a ti te abrazé, pero te desvanneciste entre mis brazos ¿Era aire lo que abrazaba?, me separé de ti, ahora mirándote con angustia, no eras real.
Sólo me sonreiste apenado, y luego acariciaste mi cabello, pude sentir una tibia brisa rosar mis desordenados buclés y tu suabe aroma ahogó el lugar, cerré los ojos y reí, comenzamos a caminar, aunque sabía que no eras real, sabía que eras tú, no me dejarías sola, y siempre que yo te necesitara, solo debía cerrar mis ojos, pensarte, y cantar tu bella melodía. En la noche, tu también estabas, cuando quisiera podía salir a mi balcón, mirar hacia el cielo, y en la estrella más brillante y hermosa, sabía que te escondías tú, para observarme siempre, protejerme, a pesar de la distancia, yo te sentía muy cerca.
Ya ha pasado casi una década desde que volaste a ese hermoso lugar, en el que yo sabía que estabas, y a veces, a pesar de todo, no hay mmomentos en los que no quiera que tu estés realmente aqui, para estucharme, abrazarme, hacer brillar de nuevo el jardín, y no he parado de preguntarme, desde que sucedió, el por qué de las cosas, no debían harte alejado de mi,la soledad y el miedo de pronto me invaden casi ahogándome, las lágrimas no paran simplemente cuando te pienso, y no faltan las veces en las que me me arrepiento mucho de no haber tomado de tu mano en el momento en el que debí. Te extraño a cada momento. Te necesito más, en cada respiro.





Sigo en aquél rincón, y lo único que he sabido hacer todo el tiempo es pensar. Me he dado cuenta también que ya se me hace muy dificil mantener mi mente en blanco, sin questionarme, pero todas aquellas interrogantes de las que parezco no tener escapatoria, siguen sin resolverse, a la vez, haciéndome sentir completamente vacía.
A veces no me percato del transcurso del tiempo cuando estoy en ese rincón, sentada, ese puesto del que ya no tengo fuerzas de apartarme , del que yo soy dueña incondicional, tiene marcada mi figura, cansada, frustrada, ¿Qué puede hacer él por mi? Nada, - eso está obvio - sólo esta dispuesto a resivierme todo el tiempo que requiero para pensar, y resolver, nada.
La gente pasa, la aburrida rutina permanece funcionando sin detenerse enfrente de mis ojos que parecen estar en otro lugar, al igual que mi mente, por lo tanto mi cuerpo también, que daría yo por ser capaz de funcionar el ritmo de esa rutina, y llevarme lejos de la tortura que me proboca todo el tiempo, mi cerebro lleno de información pero que a la ves no podía decodificar nada, cuando de repente se produce un bombardeo de imágenes, recuerdos, emociones, y sensaciones tan vívidas, quiero reír, como tambíen requiero de sobremanera el llanto, pero ambos están en este momento lejos de mi alcance, soy un ser totalmente inexpresivo en aquellos momentos, aquellos cercanos a mi, sólo miran, y siento que se preguntan y sisean entre ellos ¿Es qué posiblemente me siento perseguida? Me gustaría explicarles, pero estoy segura que no lograrían comprender mi singular comportamiento, de pronto todo el ruido, voz, murmullo a mi al rededor comienza a desvanecerse y solo soy capaz de escuchar ese suave susurro del viento, que entra y sale devilmente por mi nariz, y aquellos pesarosos latidos, mis párpados pesan, asi que cierro los ojos, y no puedo estar del todo segura si entro al estado de la inconciencia, conseguir el sueño, ya que las imágenes no concluyen, en ese momento sólo existo yo, la cansada carcasa y mi cerebro a punto de detonar, dificultoso se me hace despejarme, y más aún obtener respuesta alguna ¿Dónde debía buscarlas para encontrar aunque sea una de aquellas? ,aquellas que solo se encargaban de arrebatarme el sueño. Justamente lo que en este moemento más precisaba, descansar.






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¿Cómo saber?, ¿Es qué alguien las ha estado contando?, ¿Es qué alguien podía percatarse de las veces en que sucedía con solo hechar un vistazo en mi interior? ¿O sólo pasaban por alto todo, al ver la máscara, calcada en mi rostro que escondía la realidad del momento? Sí, la realidad del momento. Vista por mi, por mis ojos, 'lo magnificas todo, es la edad' dicen aquellos especialistas en el tema, mis ojos exageran todo lo que ven, ¿Era eso verdad? De gente que solo solo escuchaba decir estar dispuesta a tenderme su mano, resivía siempre la misma respuesta, ¿Es qué nadie podía decirme por qué? Tenía un corazón blando, eso debía admitirlo, al mínimo sentimiento de dolor que pudiera éste sentir, se lastimaba. ¿Es qué nadie podía decirme por qué caía? No estaba del todo segura de haberme levantado, todas las ocaciones en las que caí, por eso ahora existían esas cicatrices, débiles aun casi transparentes que dejaban entrever imágenes y recuerdos de ese lugar al que llegaba a parar todas las veces en las que caía. Éstas se repartían en el órgano que me mantenía viva, aquel que bombeaba la sustancia escencial para mantenerme con los ojos abiertos y percatandome de todo lo que sucedía, sintiendo absolutamente,todo. Sonrisas faltaban para poder restaurar lo rasgado por el tiempo, y esas incondicionales caídas, era un suave manto que lo cubría, con capasidad de romperse muy facíl, para así volver a estrujarse y volverse aun mas vulnerable al sufrimiento. ¿Tendría qué vivir con eso todo el tiempo que me llevara la vida? Depronto así me hundí, como una sencilla flor que a la más mínima carencia de aquello escencial que requeria para vivir, crecer sana y con toda la belleza, la jenuinidad de su presencia en este mundo, se marchita, sin dar aviso alguno, de pronto su hermoso color que la caracterizaba comienza a extinguirse, poco a poco se van las fuerzas, como en el desierto, el viento arrastra la arena a ese lugar inexistente, invisible, intentas recuperarlas, difisil se te hace o simplemente estas tan exhauta que prefieres quedarte asi, tal como estas, esperando que sea lo que venga, con los ojos cerrados, y el único indicio del que te percatas te hace saber que sigues aquí viviendo, es la pequeña fracción de aire que entra y sale por tus pulmones, y el latido cansado de ese órgano, protagonista , que en cada monótono y forzoso latidó, pide solamente descanzar, ya no más, porfavor. Es esa voz que en algún momento te ruega diciendo: ya basta.
Y así comenzé a caér a ese lugar, el cual el primer día pisé, y pedí a Dios no volver a respirar su aire ni sentirlo a mi al rededor. Pienso que no pudo escucharme.

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